Agua

El agua es un bien renovable que naturalmente se recicla a través del ciclo hidrológico. A partir de la industrialización, la intensificación de la agricultura y la multiplicación de la población la demanda del agua ha aumentado. Así, el agua puede utilizarse como tal para abastecimiento domiciliario, riego, incorporar en procesos industriales, refrigeración de procesos industriales, usos recreativos, producción de energía, navegación, disposición de efluentes líquidos urbanos, recepción de aguas de lluvias, etc. 

El agua es tan común que la creemos asegurada ya que cubre casi los tres cuartos de la superficie terrestre. No obstante, el 97% del agua en el mundo es agua de mar, no apta para beber ni tampoco para la mayoría de los usos agrícolas. Por lo que el agua dulce se torna muy preciada, pero tres cuartas partes de la misma están atrapadas en los glaciares y en los casquetes polares. Los lagos y ríos son algunas de las fuentes más importantes de agua potable, pero en conjunto suponen menos del 0,01% del agua total del planeta. Cerca de la mitad del agua potable se obtiene del agua subterránea, que es agua dulce que se encuentra en el subsuelo. (Baird, C & Cann, M, 2014) 

Algunas de las problemáticas asociadas al agua en la ciudad, tienen que ver con el vertido de efluentes líquidos urbanos conformados por las aguas residenciales (también conocidas como aguas negras domésticas) y líquidos provenientes de comercios e industrias (Henry & Heinke, 1999) a cuerpos superficiales y el impacto ambiental que produce en estos.